Gran Bretaña en llamas: renunció el ministro de Economía y otros 15 funcionarios de Boris Johnson

Detrás del ministro se fuero los secretarios de Infancia, de Educación, del Tesoro y de Interior, entre otros funcionarios de jerarquía.

Actualidad 06/07/2022 redacción WTF redacción WTF
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Los ministros de Salud, Sajid Javid (izquierda), y de Finanzas, Rishi Sunak (derecha),

El gobierno del primer ministro británico Boris Johnson pende de un hilo, tras un alud de dimisiones en protesta.

El martes por la noche, los ministros de Salud, Sajid Javid, y de Finanzas, Rishi Sunak, anunciaron casi al mismo tiempo sus respectivas renuncias, a raíz de los incesantes escándalos que rodean a Johnson y su ejecutivo.

 Le siguieron una decena de otros miembros del gobierno, de menor rango, en una sangría que continuó el miércoles con tres nuevas retiradas.

El secretario de Estado para la infancia y la familia, Will Quince, dimitió afirmando “no tener otra opción” tras haber transmitido en los medios de comunicación informaciones proporcionadas por la oficina de Johnson “que resultaron ser inexactas”.

La asistente del secretario de Estado de transportes, Laura Trott, renunció considerando que la confianza en el gobierno se ha “perdido”.

El secretario de Estado de educación, Robin Walker, lamentó al presentar su dimisión que los “grandes logros” del gobierno hayan sido “ensombrecidos por errores y cuestiones de integridad”.

Y John Glen anunció su renuncia como ministro del Tesoro, diciendo que tiene una “total falta de confianza” en el liderazgo de Johnson.

Poco después, Victoria Atkins renunció como ministra del Ministerio del Interior y dijo que “la integridad, la decencia, el respeto y el profesionalismo” deberían importar. Jo Churchill renunció como ministra de Medio Ambiente, criticando el enfoque de liderazgo “jocoso y egoísta” de Johnson

Además de Sunak y Javid -que eran considerados piezas clave en el Ejecutivo británico-, el martes dimitieron otros diputados que ocupaban cargos de menor responsabilidad, entre ellos Bim Afolami, que dimitió como vicepresidente del partido conservador, y Andrew Murrison, que se apartó como enviado comercial ante Marruecos.

Asimismo, presentaron ayer la dimisión dos secretarios privados en el Partido Conservador, Jonathan Gullis y Saqib Bhatti.

Cada vez más debilitado, pero aferrándose al puesto, el primer ministro compareció en la sesión semanal de preguntas en el Parlamento, donde se una vez más se negó a renunciar pese a los pedidos de la oposición.

Johnson sugirió que sólo renunciaría si no pudiera seguir una política que apoya, como respaldar a Ucrania. Pero “es el trabajo de un primer ministro con el mandato de continuar”, dijo.

Por la tarde, le premier comparecerá ante el denominado “comité de enlace”, formado por los presidente de las diferentes comisiones parlamentarias y encargado de examinar el trabajo del gobierno.

Entre ellos figuran algunos de sus más acérrimos detractores en el seno de su Partido Conservador.

Las renuncias de Javid y Sunak, dos pesos pesados del ejecutivo y el partido, tuvieron lugar horas después de que Johnson se disculpara por enésima vez, reconociendo que cometió un “error” al haber nombrado en un importante cargo parlamentario a Chris Pincher, responsable conservador que la semana pasada renunció por haber toqueteado, en estado de ebriedad, a dos hombres, uno de ellos diputado.


Tras haber afirmado lo contrario, Downing Street reconoció el martes que el primer ministro había sido informado en 2019 de anteriores acusaciones contra Pincher pero que las había “olvidado”.

La renuncia de Sunak, de 42 años y de origen indio, tiene lugar en un contexto económico difícil, con el coste de la vida disparado en el Reino Unido y con acusaciones al ejecutivo de no hacer lo suficiente para ayudar a las familias que no logran llegar a fin de mes.

Los británicos esperan que el gobierno se comporte de manera “competente” y “seria”, “es por esto que dimito”, escribió Sunak en su mensaje a Johnson.

Por su parte, Javid, de 52 años y de origen paquistaní, consideró que los británicos necesitan “integridad de parte de su gobierno”.