¿Qué es la colorterapia?

Todos somos afectados por el color en nuestra vida cotidiana, y los cambios en nuestras preferencias de color pueden decirnos mucho sobre nuestro estado físico y mental. 

Algunas personas pueden escoger vestirse de rojo un día en el que se sienten indiferentes y faltas de confianza. Otras pueden necesitar sentir mucha autoconfianza antes de vestirse con un color luminoso. 

Es altamente significativo que en las conversaciones de cada día frecuentemente utilicemos colores para describir nuestros sentimientos: “ver la vida de color de rosa”, “verlo todo negro”, “hoy todo esta descolorido”, “ponerse verde de envidia” o “rojo de ira” …

Los antiguos egipcios conocían el poder y la influencia del color, y en sus grandes templos de Karnak y Tebas había “salas de color”, en las cuales se investigaba éste y se practicaba la curación por el color. Actualmente, la importancia terapéutica del color en nuestra vida cotidiana está empezando a ser comprendida por la comunidad científica. 

Una fuerza física 

Las energías cedidas por los diferentes colores se denominan “rayos de color”, y pueden emplearse con gran efectividad para hacernos sentir sanos, felices y bien equilibrados. Cada color tiene su propia longitud de onda y frecuencia de vibración. 

El rojo tiene la longitud de onda más larga y la frecuencia de vibración más rápida. Así, incluso una persona ciega puede distinguir entre colores desarrollando en las yemas de los dedos una sensibilidad a las diferentes frecuencias. Cierre los ojos, sostenga diferentes colores en las manos y vea si puede usted aprender a hacer lo mismo.

Elección de color

Algunos profesionales de la colorterapia creen que diferentes períodos del día están conectados con distintos colores. Si relacionamos nuestras actividades con estos momentos, podemos establecer un ritmo adecuado para el trabajo, el placer, la creación y el sueño.

El color amarillo es predominante por la mañana, y ello ayuda a estimular nuestras capacidades intelectuales y nuestro pensamiento lógico.

Por la tarde, el naranja es más potente. Es el mejor momento para la autoexpresión, para crear y compartir placeres. El rayo naranja nos ayuda a sacudirnos nuestras inhibiciones e influencias pasadas, y alivia la depresión y el miedo.

Al anochecer, deberíamos trabajar con los rayos rojos que predominan en el cielo a esas horas. El rojo nos da coraje, fortaleza y un punto de vista positivo. 

El violeta, el rayo del sacrificio y la purificación, sigue ya por la noche. Este color ayuda a la meditación.

A medianoche, el índigo es el rayo de color mas potente. Está tradicionalmente asociado con revelaciones, la búsqueda de la verdad espiritual, la inspiración para escribir o meditar. El conocimiento y la sabiduría son quizás más fácilmente accesibles a esta hora.

Si estamos despiertos en las primeras horas de la mañana, podemos sintonizar con el rayo azul de la lealtad, la confianza y la fe. El azul es calmante y estimula la comprensión intuitiva.

Justo antes de amanecer, el verde, el color del crecimiento y la abundancia, es el más potente.

Según la vieja sabiduría de los lamas tibetanos, el momento sublime de la fusión de la conciencia individual con la totalidad del cosmos, o sea, con la conciencia universal, está señalado por una sucesión de todos los colores y tonalidades de la luz. Para ellos, la luz es sinónimo de la vida.

Color del aura humana

Muchas personas creen que todos los seres humanos estamos rodeados por un aura de luz, aunque ésta no puede verse normalmente a simple vista. Investigaciones realizadas usando la fotografía Kirlian (un proceso empleado para registrar campos eléctricos en torno a personas u objetos) sugieren que nuestros estados de ánimo son reflejados en los colores del aura. Por ejemplo, cuando estamos tristes, los colores del aura están apagados.