¿Cómo mejorar el ambiente en su hogar?

Feng Shui

Durante miles de años, los chicos, y posteriormente los japoneses, han creído que unas corrientes, denominadas chi, cruzan nuestro mundo material, y que asegurando su armonía en el hogar se mejoran la suerte, la prosperidad y la felicidad de quienes la habitan.

Pero estas energías Feng Shui son tanto positivas como negativas. Debe permitirse a las chi positivas como negativas. Debe permitirse a las chi positivas seguir su camino tortuoso, pero es preciso desviar las líneas rectas de las corrientes sha negativas para evitar que pueden causar daños. 

Se cree que las carreteras con curvas traen buena suerte, mientras que las rectas pueden conducir a la desgracia.

Analógicamente, dentro de la casa, los efectos perniciosos de las líneas rectas deben romperse colocando estratégicamente espejos o pantallas reflectoras. 

De hecho, con frecuencia organizamos nuestras habitaciones de forma inconsciente de acuerdo con los principios básicos Feng Shui. Las vistas poco atractivas se ocultan tras persianas o cortinas, cortando los efectos perjudiciales de las corrientes sha, y los ventiladores, además de refrescar, hacen circular las benéficas chi.

Aceites de esencias

Se piensa que los aceites de esencias han sido usados de forma común en las civilizaciones más antiguas del mundo. El efecto del perfume es a la vez sutil y potente. Puede evocar recuerdos profundamente enterrados y levantar el ánimo.

La aromaterapia, un arte antiguo, enseña que los aceites esenciales puros, tanto si se aplican por masaje como si se incorporan al baño, pueden tener grandes propiedades curativas. 

Estos aceites aromáticos pueden usarse de diversas formas en el hogar para mejorar el estado psíquico y mental de sus moradores. La bergamota, la ciruela, el sándalo, la rosas y el ylang-ylang, por ejemplo, son relajantes y pueden disminuir la tensión nerviosa.

La salvia relaja y se cree que es levemente euforizante, resultado ideal para perfumar la habitación en que se va a celebrar una fiesta.

Para la habitación de un enfermo o para enmarcar los efectos de humo del tabaco, emplee una combinación de doce partes de aceite de bergamota con cuatro partes de enebro y dos partes de eucalipto. Esta mezcla puede decantarse en un humificador o pulverizarse en la habitación, sin que toque a los muebles.