Las impresionantes imágenes de la cárcel para pandilleros de El Salvador que ya trajo polémica
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Con una megaproducción digna de cine, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele mostró el traslado de los primeros 2.000 de 40.000 pandilleros que serán recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo, una mega prisión con celdas de castigo y fábricas en donde el mandatario aseguró que vivirán por décadas y donde además trabajarán para la sociedad.
Se trata de un enorme complejo carcelario con capacidad para 62000 internos, en medio de su fuerte ofensiva contra las pandillas, que se convertirá en el más grande de América Latina.
La mega cárcel, según Bukele, ha sido diseñada para recluir a los cabecillas de las pandillas, incluidos los jefes de las llamadas clicas o grupos, así como a sus miembros y colaboradores. Está en el municipio de Tecoluca, departamento de San Vicente, lejos de las zonas urbanas y a 74 kilómetros de la capital.
Los presos, con dos comidas diarias, no tendrán ningún contacto con el exterior. Solo saldrán de sus celdas para las audiencias con los tribunales, que se harán por videoconferencia desde un salón interno.
Organizaciones nacionales e internacionales han condenado el régimen de excepción por supuestas violaciones masivas del debido proceso, hacinamiento extremo en las cárceles y muerte de personas bajo custodia de las autoridades.
Con el fin de levantar la cárcel, el Estado compró 166 hectáreas, 23 de las cuales fueron utilizadas para construir ocho pabellones que se encuentran dentro de un perímetro rodeado por un muro de concreto de 11 metros de altura y 2,1 kilómetros, protegido por alambradas electrificadas.
Cada pandillero que llegue, además de pasar por un escáner corporal deberá registrarse en un área de ingreso donde le tomarán fotografías.
Para dar autonomía al presidio, el ministro salvadoreño de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, declaró que se perforaron dos pozos, se instalaron una planta de abastecimiento de 600 metros cúbicos de agua, cuatro cisternas, y construyeron ocho subestaciones de energía eléctrica.
Con el fin de garantizar el fluido eléctrico, el penal dispone además de plantas de emergencia a base de combustible. También fue construida una planta de aguas residuales.
Frente a los pabellones de celdas, figura un cuarto de control para operar los sistemas de agua y electricidad para que los internos no tengan capacidad de “manipular” ambos servicios. y los pabellones tienen un techo curvo que garantiza la ventilación natural para los presos.