Camila Parker, reina consorte y esposa del Rey Carlos III del Reino Unido, dejó de ser la buena de la película para volver a ocupar su rol de villana. Los medios del Reino Unido afirman que ella fue la encargada de entregar fotos que prueban que el príncipe William le es infiel a Kate Middleton con la Duquesa de Cholmondeley, Rose Hanbury.

Es que en la familia real nadie es amigo de nadie, y la amante eterna de Carlos, que hizo llorar mares de lágrimas a Lady Di, está atenta a las encuestas, que aseguran que Kate es la más popular y que ella y el rey ocupan el quinto puesto. 

Por eso, y para ganar poder, reveló el amorío que el hijo de Lady Di tendría con Rose. 

El príncipe Harry ya había advertido de esto a todos, pero nadie lo escuchó. Es más: la corona, es decir Camilla, encargó que se dijera que el joven tiene problemas mentales.

Harry  acusó a su madrastra de filtrar historias sobre la familia a los medios británicos como parte de su campaña para “rehabilitar” su imagen.  El duque de Sussex agregó que Camila era “peligrosa”.

“Eso la hizo peligrosa por las conexiones que estaba forjando dentro de la prensa británica. Y hubo voluntad abierta en ambos lados para intercambiar información. Y con una familia basada en la jerarquía, y con ella, en camino a convertirse en reina consorte, habría afectados por eso”, dijo el príncipe Harry.

El plan de Camilla es que William siga siendo manchado por este escándalo y termine abandonando sus deberes reales tal cual como lo hizo su hermano menor el Príncipe Harry. De paso, le da la posibilidad a su hijo mayor se convierta en Príncipe y futuro heredero a la corona.

Preocupación en la Casa Real: el príncipe Harry padece de varias afecciones mentales

La ex Duquesa de Cournalles quiere convencer a Carlos III para que nuevamente haga modificaciones en la línea de sucesión al trono y así puedan incluir a sus dos hijos, Tom Parker-Bowles y Laura Parker-Bowles. 

Lo cierto es que nadie duerme tranquilo en la familia real, donde todo es un perverso juego de poder.