¿Qué le reserva el futuro para el día de su boda?

Conozca que simbolizan las flores y el anillo de bodas en la ceremonia matrimonial.

Curiosidades 28/10/2020 S& S&
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Lenguaje floral

En todo el mundo se piensa que las flores tienen un significado especial. En Oriente, una flor sustituye a la palabra escrita. Por lo tanto, no sorprende que para las bodas se escojan determinadas flores asociadas con el amor, como elementos decorativos en las ceremonias civiles o religiosas o para ser llevadas por la novia. 

Existen también algunas costumbres relacionadas con las flores que son observadas en las bodas más tradicionales.

El azahar simboliza la fertilidad y ha sido una de las preferidas por las novias; si se lleva en el cabello, simboliza la virginidad. Del mirto se afirma que trae buena suerte y, con frecuencia, forma parte del ramo de la novia o de los adornos florales. 

También por tradición, la novia planta un pimpollo regalado por el novio; apenas aparezca un nuevo brote, se celebrará la boda.

Las rosas son las flores de Venus y, por lo tanto, simbolizan belleza y amor. Las camelias también figuran entre las favoritas, al igual que los lirios, que son vistos como talismanes amorosos. 

En algunas comunidades de Occidente, tradicionalmente una muchacha joven esparce pétalos frente a la novia, como preclaro símbolo de fertilidad.

Una joven soltera debe intentar coger el ramo de la novia cuando ésta la arroja, porque de acuerdo con le folklore será la próxima en casarse.

En diversas tradiciones originarias de la península escandinava, las flores representan la reencarnación de ciertos espíritus de difuntos. Éstos pueden ser positivos o negativos. Para prevenir la acción de los espíritus malignos, antes de regalar un ramo de flores a la novia, el novio acostumbra a pronunciar algún tipo de conjuro.

Magia del anillo

“Con este anillo, te desposo”, dice el novio o la novia en el momento más importante de la ceremonia tradicional. 

Indudablemente, el anillo cumple un papel de importancia capital en el casamiento y, por lo tanto, no sorprende que en torno a este símbolo matrimonial se haya desarrollado un determinado folclore.

Los supersticiosos dicen, por ejemplo, que nunca debe comprarse un anillo de bodas en viernes, y que por ninguna razón debe ponerse antes ni quitarse después de la boda. 

Nunca debe dejarse que una amiga se lo pruebe, porque, según piensan algunos, existe el peligro de que se escape llevándose consigo al novio. Éste y el padrino deben tener mucho cuidado de no dejar caer el anillo durante la ceremonia, ya que hay quien afirma que es algo que trae mala suerte.

Símbolo del enlace matrimonial desde el siglo XIII, el anillo de boda se lleva normalmente en el dedo anular de la mano izquierda, ya que este dedo se asocia directamente con el corazón. Sin embargo, en algunas partes de Europa es más común llevar el anillo en la mano derecha. La novia musulmana tradicional se une simbólicamente a su esposo poniéndose un anillo en la nariz.