¿Qué clase de persona eres?

Quizás en tus sueños encuentres las claves psíquicas que se agitan en la profundidad más íntima de tu ser.

Curiosidades 13/11/2020 S& S&
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Durante miles de años, la humanidad ha tratado de desentrañar en la maraña de los sueños los secretos de la personalidad.

En la Antigua Grecia, Hipócrates, el padre de la medicina, observó que algunos sueños eran un “resultado directo del cuerpo material”, por su parte, el filósofo Platón pensaba que “una bestia salvaje rondaba en nuestro interior mientras la razón dormía”, y que las pasiones corporales que podían conducirnos al asesinato o a crímenes aún peores encontraban su expresión natural en nuestros sueños.

Desde entonces, muchos han sido los intentos por establecer un nexo entre la misteriosa y fantástica vida de nuestras horas de sueño y las pasiones que gobiernan nuestros más profundos miedos y esperanzas. Consecuencia de todo ello es la aplicación, corriente hoy en día, de la interpretación de los sueños en el tratamiento de los trastornos psicológicos.

Fue gracias al celebre trabajo de Sigmund Freud que los psicoanalistas modernos pudieron realizar sus primeras excursiones en busca de los secretos oníricos. Pero si Freud y su discípulo Alfred Adler consideraban al sexo y la agresión como los motores del sueño, el psiquiatra suizo Carl Jung ofrecería una interpretación algo más realista y sutil del tema.

Inspirado tanto en la religión como en el misticismo. Jung rechazó el planteo freudiano de que los sueños no eran más que un medio de “soltar presión”, de dar vía libre a las urgencias sexuales y agresivas de nuestro profundo subconsciente.

Por el contrario, Jung veía a los sueños como una especie de libro de ilustraciones de la mente, un canal a través del cual expresar, en un ilógico revoltillo de sensaciones, imágenes y colores, todo aquello que la mente consciente no era capaz de exponer lógicamente y en palabras.

Detrás de los procesos psíquicos que gobiernan nuestras acciones cotidianas se esconden urgencias, experiencias y sentimientos a los que nuestro subconsciente no puede o no quiere enfrentarse. Estos sentimientos, expresados a través de los sueños, contienen la clave de nuestra personalidad básica; si se interpretan debidamente, pueden decirnos qué es lo que nos afecta más profundamente.

Tú y tus sueños

A pesar de la interpretación especializada de los sueños suele ser sorprendentemente precisa, nadie mejor que uno para descifrar este precioso material.

Toda la ingeniería de la que seas capaz de traducir en palabras reflejará no solo tu situación y estado mental actuales, sino toda una vida de buenas y malas experiencias. Solo tu conoces su verdadero significado y la manera en que pueden haber incidido en tu subconsciente. Los sueños no tienen el mismo sentido para todos.

Para un aprendiz de conductor, un sueño en el que un coche pierde el control puede ser simplemente un signo de ansiedad o miedo a conducir o a rendir el examen. En este caso, el subconsciente ofrece el “replay” de un hecho real, distorsionándolo a fin de permitir que los sentimientos agazapados tengan oportunidad de liberarse.

No obstante, este mismo sueño tendría muy otro significado para alguien con problemas emocionales o de conducta. Por ejemplo, el coche podría representar la fuerza motriz del soñador y el accidente un anuncio de la amenaza de debilitamiento o desequilibrio que pende sobre ella.

Asimismo, sueños como este constituyen una clara muestra de los juegos lingüísticos de que sueñe valerse nuestro subconsciente (entre “conducir” y “conducta”, “automotor” y “fuerza motriz”, etc.) para relacionar palabras cotidianas con sentimientos reprimidos u ocultos.

Temas y sentimientos

Cualquier intento de buscar las claves psicológicas de los sueños ha de comenzar por un “diario onírico” en el que figuren todas las visiones y pensamientos nocturnos que se recuerden al despertar.

Comience apuntando el estado de ánimo con que se ha despertado.

También los sueños olvidados tienen nuestra vigilia e influyen en nuestro humor, dotándonos de una inesperada jovialidad o volviéndonos irritables (en cuyo caso no faltará quien espontáneamente diga: “Hoy te has levantado con el pie izquierdo”).

La interpretación literal sería que su subconsciente le ha permitido soñar cosas sobre las que su conciencia había preferido correr un tupido velo. Sin embargo, en el enrevesado mundo de los sueños pueden emerger sentimientos exactamente opuestos a los que se sienten conscientemente.

Se explicaría así el hecho de que muchas personas con problemas depresivos o de angustia tengan sueños eróticos placenteros.

Freud llamó “compensación” a este fenómeno, afirmando que las restricciones que experimentamos al estar despiertos pueden compensarse durante el sueño. Pero dado que el sueño es un período en el que el cerebro se renueva y recompone (al igual que el resto del cuerpo), la explicación podría ser más fisiológica que psicológica, de modo que una mente trastornada buscaría soñar cosas agradables en un intento corporal de recuperar el equilibrio perdido.

Después de concentrarse en su estado de ánimo, intente encontrar el tema básico del sueño. ¿Se trataba de un logro o de una pérdida, de un comienzo inédito o de la ruptura con viejas ataduras? ¿Dominabas la situación o era dominado por ella? ¿Sentías placer o insatisfacción?

El hecho de identificar el tema debería abrirte el camino hacia el mensaje del sueño. Por ejemplo, si estabas tratando de huir mientras las piernas se te hacían cada vez más pesadas, estarás ante el binomio angustia – limitación, con lo que podrás preguntarte: ¿Por qué estoy angustiado? ¿Qué me está limitando?

0afb5-17933993_1470896536294123_7198611543125131264_n¿Qué significado tienen nuestros sueños?

La puesta en escena

Por fin ha llegado el momento de la reconstrucción. En los “sueños – moviola”, el significado debería surgir de inmediato; sin embargo, en sueños más abstractos y aparentemente incongruentes, las piezas del rompecabezas sólo encajarán si es usted capaz de encontrar el nexo de las imágenes subconscientes con elementos de la vida real.

Un sueño que transcurre en una granja bien podría significar felicidad si es allí donde pasaste los mejores momentos de tu infancia. De manera similar, la restricción física podría expresar cierto grado de limitación mental, sobre todo si eres de los que anteponen la mente al corazón.

Claves visuales

No menos precie la extraordinaria capacidad del subconsciente para bucear en el pasado en busca de metáforas visuales de lo que sucede en el presente. De niño, su mente asoció los sentimientos con las imágenes más sencillas: el miedo con determinado animal, la tristeza con una de las habitaciones de la casa, etc. Estas imágenes pueden permanecer en tu subconsciente mucho tiempo después de que tu memoria las haya olvidado. 

Por otra parte, tu mente podría tener la tendencia a relacionar conceptos (la imagen de ti mismo, tu actitud para con los demás) con objetos reales. La frecuencia con la que las casas propias aparecen en los sueños es un claro ejemplo de ello; no es casualidad que para los intérpretes de sueños las casas sean un espejo del alma.

Esté atento, también, a los juegos de palabras y a los trucos visuales con que el subconsciente suele expresarse a menudo; por ejemplo, una rosquilla o un bollo podrían significar dinero para alguien que acostumbra a usar la palabra “pasta”.

En definitiva, sólo tu puedes escoger entre quedarte con el valor literal de un sueño o intentar descifrar ambas posibilidades y fundir los símbolos en una única imagen. Pero si te encuentras en un callejón sin salida, ¡lo mejor será que “lo duermas a fondo”!