¿Crees en el mal de ojo?

La creencia de que algunas personas han nacido con el poder de hechizar a otras personas, animales u objetos u objetos simplemente mirándolos, es una de las supersticiones más extendidas del mundo. Es casi seguro que su origen está en la tendencia a encontrar significados siniestros a puras coincidencias: alguien mira a su vaca y esa noche no da leche, o admira a su bebé y al día siguiente está enfermo.

El miedo al mal de ojo es particularmente común entre personas afortunadas y prósperas porque temen que la envidia de los demás pueda destruir su buena suerte.

En algunas tradiciones europeas, las personas que tienen el poder de ojear no tienen ninguna mala intención respecto a sus semejantes. Se cree que es una maldición a la que no pueden escapar. Existen cuentos populares de personas que caminaban con los ojos mirando al suelo, sin levantar la vista, incluso cuando hablaban, por miedo al daño que pudieran causar involuntariamente. 

Con frecuencia se ha pensado que algunas personas tenían ciertas peculiaridades en sus ojos para poder ojear a sus vecinos. Si tenían los ojos medio cerrados o uno mas alto que el otro y si tenían los dos ojos de diferente color, su mirada podía asustar a personas aterrorizadas por el mal de ojo.

En España y Portugal, antiguamente los efectos del mal de ojo se detectaban sobre todo en vacas y cerdos que enfermaban y morían mientras que en los países de Oriente Medio se cree que su poder afecta sobre todo a los caballos y a los camellos.

En la India, las personas temen sus efectos sobre todo en si mismos y en sus hijos. Por otra parte, la venta de amuletos y talismanes para protegerse del mal de ojo sigue siendo un negocio floreciente en todo el mundo. 

A menudo se pintaban ojos en la proa de barcas de pesca para protegerlas contra las fuerzas malignas y ayudan a los pescadores a ver los peces.