¿Eres una persona tímida o audaz?

Para demostrarlo son suficientemente esclarecedores los siguientes modelos de escritura.

Escritura retocada 

Es habitual la existencia de personas que, cuando realizan un trabajo, lo interrumpen repetidamente para detenerse y pensar en la mejor forma de perfeccionar lo que están haciendo. Como si constantemente quisieran superarse, hasta cargarse de ansiedad y, en definitiva, de angustia. Estos singulares “perfeccionistas” no dejan de cubrir una parte del espectro caligráfico. 

En esta escritura, el trazado aparece lleno de retoques, correcciones y añadidos, principalmente en aquellas letras en las que hay astas largas y ojos (l y b) y astas inferiores (p y g), además, en la r y en la z. 

En las grafías armónicas, simples y desiguales, el retoque señala una tendencia a la superación, a buscar en cada momento la solución mejor y más elegante. Estos individuos generalmente necesitan sentirse aceptados y tratados con amabilidad. Si los retoques son frecuentes, pueden denotar también un estado transitorio de fatiga, de abatimiento, de disgusto o de frustración. 

En una caligrafía no armónica (de marcadas rasgos escolares), los retoques denotan cierta lentitud en los procesos mentales, una tendencia a la reflexión constante y a los pensamientos de tipo circular, y una fuerte de tendencia a la obsesión.

Escritura dextrorsa

En esta caligrafía, los rasgos, las letras y el conjunto de trazado dan la sensación de “precipitarse” al vacío, simbolizado habitualmente más allá del margen derecho. En este modelo de escritura, en muchas letras, como, por ejemplo, la a y la o, los trazos finales se lanzan hacia la derecha, y muchas astas, como en la d, se proyectan en la misma dirección, a menudo, esta caligrafía es ancha, rápida e inclinada.  

La escritura dextrorsa es característica de las personas entusiastas, fantasiosas, imaginativa, que disfrutan tanto cuando piensan como cuando actúan. Dentro de este sector, destacan los individuos que, en aras de algún ideal o de elementales sentimientos humanitarios, llegan a sacrificarse a sí mismos.

 La caligrafía dextrorsa es propia de personas dinámicas, emprendedoras, activas, que buscan siempre nuevos horizontes. 

En las caligrafías inarmónicas (de tipo escolar) o en aquellas en que el modelo dextrorsa es demasiado acentuado, el contenido profundo se vuelve negativo, rayando fácilmente en lo patológico, pues responde a una personalidad exhibicionista, carente de límites y de difícil comunicación con los demás. 

Escritura sinistrorsa

De hecho, esta caligrafía es la opuesta a la anterior; los trazos finales tienden hacia la izquierda, y las letras se abren en la misma dirección o se muestran totalmente cerradas. En este tipo de caligrafía se distinguen claramente dos tipos:

a)       Una “caligrafía regresiva”, que se distingue por la tendencia de los trazos finales de ciertas letras de dirigirse primero hacia la izquierda para luego volverse hacia la derecha. Este tipo de escritura denota una buena percepción de la realidad, pero desde valores conservadores y tradicionalistas, con un apego muy fuerte al orden y a la disciplina.

b)      Una “caligrafía absorbente”, que se caracteriza por mostrar trazos voluminosos y no esenciales que se dirigen hacia la izquierda. Por lo general, esta caligrafía denota una personalidad egocéntrica, orgullosa y prescindente de los demás, con un carácter muy fuete y poco amante del dialogo comunicativo y cordial.

Escritura regresivo- dextrorsa

De alguna manera, esta caligrafía es la fusión de las dos escritas anteriormente. Presenta rasgos dirigidos hacia la izquierda, mezclados con otros (sobre todo, las astas) dirigidos hacia la derecha. Esta escritura habla de una personalidad muy bien estructurada y armónica, denota de un gran equilibrio interior que le permite pensar y actuar positivamente.  

Se trata de una caligrafía que es como una especie de punto de equilibrio entre las dos anteriores y, como tal, nos habla de una estructura de personalidad muy equilibrada. Las personas que acostumbran a escribir de esta manera se caracterizan por no lanzarse al ruedo de discusiones desordenadas, sino que son más propensas a la reflexión y al diálogo, si bien no por ello dejan de defender, serena, pero firmemente, las posiciones que sustentan en la vida. 

Más aún: son de esa clase de gente que, aunque rara vez levante la voz o entre en charlas farragosas, menos se deja influir por los demás, a menos de ser convencida racional y lógicamente. 

Cuando una persona de escritura regresivo-dextrorsa comienza a manifestar cortes irregulares, sobre todo en la parte central de la página escrita, los grafólogos hablan del comienzo incipiente de una crisis. Por lo general, se trata de momentos críticos coyunturales, que responden a una circunstancia de hiperactividad.