Descubre secretos de tu personalidad a través de la escritura

Gran parte de nuestra personalidad puede verse reflejada a través de los trazos que realizamos y de como unimos las letras de una palabra.

Curiosidades 05/02/2021 S& S&
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Uno de los elementos importantes en la interpretación grafológica es la forma en que se unen las distintas letras de la escritura, y en particular el modo en que se termina la última letra de una palabra (trazos finales) y se empieza la primera (trazos iniciales).

Con respecto a la unión de las distintas letras entre sí, hemos visto ya algunos ejemplos al hablar de algunas letras particularmente significativas. En líneas generales hay que señalar que, en los pueblos latinos, las letras dentro de una palabra acostumbran a unirse con trazos llamados de tipo guirnalda o arcada, mientras que, entre los pueblos nórdicos, se enlazan de forma angular. 

Si una persona latina acostumbra a enlazar las letras de las palabras de la manera nórdica, eso significa que se trata de alguien con un carácter fuerte, recio sentido de la justicia, decisión, y capaz de expresar con vigor sus propias convicciones.

Los trazos finales

Los trazos finales poseen un significado distinto según la forma y la dirección en que sean trazados.

1-      Descendentes, en dirección izquierda-derecha: testarudez, obstinación, porfía. 

2-      Ascendentes, en dirección izquierda-derecha: altruismo, generosidad, capacidad de lucha… cualidades generalmente positivas, pero que pueden desembocar en una tendencia a la agresividad y a la discusión.

3-      Largos, con amplias curvas: viveza de espíritu, amor a la conversación, ligero narcisismo.

4-      Firmes hacia la derecha: energía de acción, equilibrio, dedicación a objetivos definidos.

5-      Muy numerosos y largos: tendencia hacia una exaltación fácil, rapidez de ideas, deseos de destacar.

6-      Muy largos: impulsividad, generosidad, fantasía.

7-      Cortos y marcados: constancia de voluntad, equilibrio, capacidad de ponderar las distintas situaciones.

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8-      Ausencia de trazos finales: timidez, tendencia al aislamiento, predominio de la meditación sobre la acción, frugalidad.

9-      Trazos terminados en ganchos: resistencia, tenacidad.

10-   Cuando al final se produce un adelgazamiento, se trata de una personalidad agresiva, escaso espíritu crítico, capacidad de venganza, rigidez, tozudez, terquedad.

11-   Trazos terminados debajo de las palabras: ligera presunción, deseo de distinguirse, capacidad de autodefensa, marcada iniciativa en todo lo personal.

12-   Trazos terminados hacia la izquierda y por encima de las palabras: espíritu superficial, fuerte sentido de la conversación, incapacidad para el análisis, retracción anímica y emocional.

13-   Trazos dirigidos casi verticalmente hacia abajo: deseo de afirmarse, fuerte carga instintiva, impulsividad, agresividad.

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Los trazos iniciales

Los trazos iniciales tienen también distintas interpretaciones según sus peculiaridades.

Veamos algunos ejemplos de ello:

1-      Rígidos, rectos, más bien finos: capacidad de defender las propias ideas, pero también apego a las costumbres, indecisión en el momento de adoptar nuevas ideas o encarar nuevos proyectos, tradicionalismo.

2-      Rígidos, secos, claramente marcados: tendencia a la contradicción, carácter irresoluto, cierta dosis de timidez o de tendencia al bloqueo.

3-      Curvados, finos: serenidad, alegría, humanidad; capacidad de afrontar las cosas sin reaccionar de forma nerviosa e intolerante, buen humor, ánimo sereno, tendencia a la armonía en las relaciones con los demás.

4-      Trazos mixtos: capacidad de crítica, pero dotada de ductilidad, sin caer nunca en dogmatismos inútiles, espíritu flexible y comprensivo, amplitud de miras, disposición al diálogo.

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Otros trazos

Existen también otros trazos dignos de tener en cuenta a la hora de realizar el estudio grafológico. A saber:

1-      Si dentro de un texto aparecen numerosas palabras subrayadas, ello es reflejo de inseguridad, necesidad de ser comprendido por los demás, tendencia a apoyarse en otros, cierto grado de dependencia afectiva o intelectual, debilidad de carácter.

2-      Si hay un número excesivo de signos de admiración, facilidad de entusiasmarse, un autodominio limitado, imprecisión en los límites propios y de los demás.

3-      Si esos signos de admiración son de longitud excesiva, señalan exaltación, tendencia a un entusiasmo fácil, inconstancia en los sentimientos o en las ideas, dificultad para mantenerse en una misma posición. 

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