Barcelona se durmió, el Levante se lo empató y el equipo de Messi dejó pasar una gran chance

El equipo de Koeman lo ganaba con un golazo de Messi, se complicó sólo y terminó 3-3. Con un partido más, quedó a un punto del líder Atlético Madrid.

Deportes 11/05/2021 S& S&
Captura de pantalla 2021-05-11 a la(s) 19.13.34
Lionel Messi en acción en el arranque del encuentro entre Levante y Barcelona.

Barcelona dejó pasar otra chance más en la pelea por la Liga de España, tras empatar 3-3 contra el Levante en condición de visitante por la fecha 36 y le dejó el camino servido a los dos equipos de Madrid, el Atlético (77) y el Real (75) para que se disputen el título.

La sensación es la de una despedida. El empate tiene gusto a derrota y el panorama asoma oscuro, ya no solo por LaLiga que se escapa sino por el espejo en el que se mira Barcelona, un equipo deshilachado que perdió prestigio y al que cualquiera se le anima. El 3-3 ante Levante fue una muestra más de esta realidad difícil de asumir y que todavía puede ser peor su Lionel Messi decide armar las valijas e irse.

Mientras Manchester City desfiló en Inglaterra, Inter se consagró con holgura en Italia y Bayern Múnich sumó a la lista su novena Bundesliga consecutiva, en España, a tres fechas del final todo estaba por verse. Pero Barcelona, que tenía la chance de jugar antes que todos, ganar y saltar a la cima, tratar de meterle presión al Atlético de Madrid y al Real Madrid, lo único que hizo fue clavarse otro puñal y salir solito de la pelea. Salvo un milagro, no habrá lugar para más chances de gritar campeón y Ronald Koeman dejará paso a un nuevo ciclo.

La ilusión de una renovación quedó aplastada. El equipo catalán parecía montado a un envión sostenido, ese que le permitió ganar en la Liga seis de los siete partidos posteriores a la eliminación en la Champions ante PSG. ¿El único que perdió? El clásico ante el Real Madrid, nada menos.

En las últimas dos semanas, tuvo tres chances de tomar las riendas del torneo. Y nunca dio la talla: primero ante Granada, en un partido postergado que caía como anillo al dedo y derivó en una frustración inesperada con la derrota 2-1 en el Camp Nou. Después ante el Aleti de Simeone, con un 0-0 con gusto a poco en el que no demostró el plus de carácter o jerarquía para robarle el liderazgo. Y este martes ante Levante en un 3-3 increíble.

Jugó mal y defendió peor el equipo catalán. Aunque parecía que las pinceladas individuales maquillaban sus problemas colectivos.

En el primer tiempo, sacó ventaja en una ráfaga y de la mano de Messi. El 1-0 fue una mezcla de giro, volea y tijera de zurda del argentino tras un centro de Jordi Alba desde la izquierda. Había hecho poco el crack rosarino hasta esa invención a los 24 minutos. Apenas un tiro libre que fue bloqueado por la barrera y luego había entrado en el desconcierto general de su equipo.

Hasta que se encendió. Y con su gol desbloqueó un poco al resto. El 2-0 también partió de los pies de Leo, que mandó a Dembelé a hacer lo que mejor sabe: correr más rápido que todos. El francés llegó al fondo tras un pase profundo de Messi, tocó al medio ante la salida del arquero y entró Pedri para tocar al arco vacío.

Barcelona creía tener liquidad la historia. Pero para eso debería ser un equipo confiable. Y muy lejos está de serlo.

En dos minutos se lo empató Levante. Contó con la colaboración fundamental de un equipo que invita a animarse. Ya lo demostró Granada y ahora un equipo que está decimocuarto en la tabla.

Descontó Melero, que ganó de cabeza solito en el corazón del área, ganándole la espalda a Piqué y superando el cierre del ingresado Sergi Roberto. Y el 2-2 llegó tras un grosero error de Messi en la salida desde el fondo. El argentino descargó mal hacia atrás luego del pase frontal de Busquets y le sirvió la pelota a Roger Martí, que improvisó una genialidad al tocar de primera para José Luis Morales, quien coronó la acción con una volea fenomenal.

El partido ya no presentaba lógica. Lo tuvo otra vez en sus manos Barcelona con un bombazo de Dembelé, que marcó el 3-2 y le demostró a Koeman que su influencia es más fructífera en los metros decisivos que haciendo toda la banda como le demandaba el DT.

Pero en el final llegó el mazazo del empate. Y el diagnóstico preocupante que va más allá de este partido. Porque Sergiño Dest entró con la idea de fortalecer la defensa y enseguida lo sacó a pasear Toño con una gambeta y mandó el centro al medio. Sergio León anticipó a Piqué y con cara externa: 3-3.