La resurrección de Julen Lopetegui: el técnico más 'odiado' de España va por su revancha

Lo echaron de la Roja un día antes de que comenzara el Mundial de Rusia porque había firmado con Real Madrid, donde duró 10 partidos. Este viernes buscará ser campeón de la Europa League con el Sevilla.

Deportes 20/08/2020 S& S&
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De ser el DT que llevaría a España a otro campeonato del mundo a ser considerado una persona sin escrúpulos, odiada por (casi) todo un país. En 2018, cuando solo faltaba un día para el inicio del Mundial de Rusia, Real Madrid lo confirmó como el nuevo DT del equipo y el debut mundialista nunca llegó para él: la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) lo despidió por haber llegado a un acuerdo a espaldas de los dirigentes.

Para colmo, en el Merengue tampoco le fue bien: duró apenas diez partidos antes de ser echado por malos resultados. Tuvo que ir a cuarteles de invierno para reencontrarse. Y después de una pausa, en junio de 2019, fue presentado en Sevilla. Firmó un contrato por tres años y ahora, en su primera temporada, está a 90 minutos de un título internacional. La revancha podría llegar este viernes frente al Inter en la final de la Europa League.

El vasco Lopetegui empezó su carrera como entrenador hace 17 años, en Rayo Vallecano. Y poco después tuvo su oportunidad en Real Madrid Castilla, el equipo filial del club merengue, donde dirigió en la temporada 2008-2009 y antes fue director de scouting. Con esa experiencia, España lo buscó para que se encargara de las selecciones juveniles y el oriundo de Asteasu respondió con los títulos del Campeonato de Europa Sub 19 en 2012 y del seleccionado Sub 21 que se coronó en 2013.

Volvió a la vida de clubes con el Porto de Portugal, donde trabajó desde julio de 2014 hasta enero de 2016, cuando lo echaron. Tras dos años a la deriva y cuando pocos confiaban en el él, porque no parecía tener credenciales suficientes para agarrar a uno de los mejores seleccionados del mundo, la RFEF lo contrató. Algo le daba crédito: su experiencia en las juveniles de España, donde conoció a los jóvenes con los que encaró la refundación de la Roja.

De ese ciclo de cuatro años en juveniles, Julen Lopetegui había formado a nueve jóvenes que serían la base de aquel plantel del Mundial 2018: David de Gea, Kepa Arrizabalaga, Nacho, Daniel Carvajal, Koke, Thiago Alcántara, Isco, Rodrigo y Saúl Ñíguez. Además, otros dos jugadores habían nacido bajo su ala: descubrió a Iago Aspas, a quien hizo debutar en noviembre de 2016 (lleva 8 partidos jugados), y a Álvaro Odriozola, quien apareció en 2017 con 21 años.

Los nombres de cara a Rusia hablaban por sí solos: de la lista de 23, solo seis jugadores habían llegado a la selección de la mano de Vicente del Bosque (Cesar Azpilicueta, Nacho Monreal, Jordi Alba, Diego Costa, Marco Asensio y Lucas Vázquez) y otros seis sobrevivían de aquel título en Sudáfrica 2010 (Reina, Piqué, Ramos, Busquets, Iniesta y David Silva).

Así, con muchos jugadores conocidos por él, Lopetegui formó un equipo que parecía invencible. Desde su debut con triunfo ante Bélgica como visitante, había encadenado 20 partidos sin perder; entre ellos, 14 triunfos. Su clasificación al Mundial también había sido impecable: nueve victorias, un empate, 36 goles a favor y apenas tres en contra, cifras que con los amistosos ascendía a 61 tantos convertidos (seis de ellos a Argentina en marzo de 2018) y trece recibidos.

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Sin embargo, la desprolija decisión de arreglar su llegada al Real Madrid tres semanas después de firmar su continuidad con España hasta 2020 lo dejó sin su debut mundialista. El 13 de junio, un día antes del partido inaugural en el que Rusia goleó 5-0 a Arabia Saudita, Luis Rubiales, presidente de la RFEF, anunció el despido inmediato del entrenador.

"Nos hemos visto obligados a prescindir del seleccionador nacional. Le deseamos la mayor de las suertes. La negociación con el Real Madrid ha ocurrido sin ninguna información a la RFEF. Lo supimos apenas cinco minutos antes de la nota de prensa. Hay una forma de actuar que hay que cumplir", explicó el dirigente.

La situación tuvo un costo evidente para España, que en el Mundial apenas le pudo ganar a Irán y quedó eliminada en octavos de final sorpresivamente contra Rusia. Todo mientras el golpeado Lopetegui trataba de enderezar su rumbo en un Madrid tricampeón del mundo que de golpe se había quedado sin su máxima estrella, Cristiano Ronaldo.

Como marcado por ese inicio traumático, el DT nunca terminó de hacer pie en la Casa Blanca. Con poco poder ofensivo (llegó a 481 minutos sin convertir, récord negativo en la historia del club), malos resultados y un funcionamiento muy distante del que se espera de un equipo de estrellas, Lopetegui se fue hundiendo cada vez más en el pantano. En el Camp Nou (contra el mismo equipo en el que tuvo un olvidable paso cuando era arquero profesional) recibió un golpe del que no se recuperó: el 5-1 del Barcelona fue demasiado para él.

Lo que empezó mal, acabó peor y apenas diez partidos después del debut, Lopetegui fue despedido por Florentino Pérez y sustituido por Santiago Solari, quien tampoco pudo asentarse en el cargo hasta que volvió Zinedine Zidane.

En junio de 2019, Lopetegui volvió a un club de la Liga para tomarse revancha: y en su primera temporada en el Sevilla, marcada por el coronavirus, tiene la posibilidad de redimirse. Ya logró un boleto a la próxima edición de la Champions League al terminar cuarto el torneo doméstico. Y este viernes irá por el título de la Europa League, cuando su equipo enfrente al Inter en el Rhein Energie Stadion de Colonia. Allí donde tendrá la chance de conseguir una dulce revancha.