Un 31 de agosto moría Lady Di: cómo fue el accidente y por qué no pudieron salvarla en el hospital

Después del brutal choque dentro de un túnel de París estaba viva y consciente. "Dios mío, qué pasó", le dijo a un bombero que le tomaba la mano. El mundo estaba a las puertas del funeral más conmovedor de la historia.

Actualidad 31/08/2021 redacción WTF redacción WTF
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Después de pasarlo mal con el príncipe Carlos y de tener que llegar a un acuerdo de divorcio para que su marido siguiera con quien era su amante, Camilla Parker, Lady Di empezaba a encontrar algo de felicidad.

Un año después de su separación blanqueó su relación con Dodi-Al Fayed, heredero del multimillonario egipcio Mohamed Al-Fayed, propietario de los grandes almacenes británicos Harrods, Fulham Football Club y el Hôtel Ritz.

Se la veía feliz, aunque seguía acosada por los fotógrafos, que la siguieron durante los nueve días de navegación por el Mediterráneo que la madre de William y Harry se tomó antes de que los niños comenzaran las clases.

Navegaron, fueron a Cerdeña en avión privado y planearon París como última escala de esta luna de miel: la pareja quería casarse y vivir en Villa Windsor, comprada por el novio para quien calificaba como la mujer de su vida.

Pero al aterrizar en el aeropuerto de Le Bourget, en un avión privado, el sueño del mar se acaba: decenas de periodistas los esperan y fotógrafos comenzaron a perseguirlos en lo que sería el principio del fin.

Diana nunca pudo salir de la suite que su pareja le reservó en el hotel Ritz. El acoso de los fotógrafos, “esa jauría de perros que la siguió, la persiguió, la acosó, la llamó, la escupió y trató de obtener una reacción airada para conseguir un fotografía”, como los describió su hijo Guillermo.

La presión de los paparazi hizo que renunciaran a cenar en el bistrot Chez Benoit y lo hicieran en el hotel, adonde regresaron tras una breve visita al apartamento de Dodi al Fayed, cerca del Arco del Triunfo. Entonces tramaron la maniobra de despiste que acabaría teniendo el trágico final.

Mientras dos vehículos simulaban partir con la pareja desde el hotel, Diana y Dodi salían una vez más por la puerta trasera y se metieron en un tercer coche. Al volante iba Henri Paul, empleado del Ritz. No consiguieron engañar a los paparazis, que rápidamente emprendieron la persecución del vehículo que, en sus intentos por perderlos de vista, acabó estrellándose en el túnel.

Para cuando llegaron los servicios de emergencias, unos minutos después que los fotógrafos, que seguían lanzando sus flashes, tanto Dodi al Fayed como Henri Paul, que luego se sabría tenía un elevado nivel de alcohol en la sangre, estaban muertos. Lady Di agonizaba atrapada en el vehículo, del que tardaron una hora en sacarla para llevarla al hospital. Solo el guardaespaldas de Diana, Trevor Rees-Jones sobreviviría.

“¡Dios mio! ¿Qué ocurrió?”, le dijo Diana al bombero Xavier Gourmelon, última persona en hablar con ella. 

“Estaba en el piso, en la parte trasera. Se movía muy despacio y pude ver que estaba viva. Noté que tenía una lesión leve en su hombro derecho y, más allá de ello, nada significante. No había sangre en ella en absoluto”, recordó el socorrista años después en una entrevista con el diario The Sun.

El bombero tomó la mano de la princesa y le suministró oxígeno, sin sospechar que por dentro estaba desgarrada. Solo uno segundos más tarde notó con desesperación como Lady Diana deja de respirar.

Una ambulancia tardía llevó a Lady Diana Spencer al Hospital Pitié-Salpêtrière y el médico MoSef Dahman corrió a la sala de emergencias. Le dijeron que una mujer joven está en estado crítico. No sabía hasta ese momento quién era.

Diana tenía “hemorragia interna muy grave”. La sometieron a un drenaje torácico, pero sufrió un nuevo paro cardíaco.

Al operarla Dahman descubrió que Diana había sufrido un desgarro significativo en su pericardio, la membrana que protege el corazón, y un desgarro en la vena pulmonar superior izquierda, en el punto de contacto con el corazón. 

El corazón de Diana se detuvo y el equipo hizo reanimaciones durante una hora. A las 4 de la mañana la declararon muerta.

La confirmación de su muerte se produjo unas dos horas después de fuentes reales, mientras Guillermo y Enrique pasaban las vacaciones con su padre, el príncipe Carlos, y sus abuelos en el castillo escocés de Balmoral.

Hasta el día del funeral -el 6 de septiembre de 1997 en la Abadía de Westminster (Londres)-, el Reino Unido vivió seis días que transformaron a la monarquía, vista como distante y fría. La histeria colectiva que provocó la muerte de Diana forzó a Isabel II a romper su silencio para viajar desde Escocia al palacio de Buckingham, del que salió caminando para ver el mar de flores, en un acto sin precedentes y que sorprendió a todos.