El mal momento de Juan Cruz Aragone, el tenista diabético que sufrió una recaída en pleno partido

Nació en Mar del Plata en 1995 y se formó en el Club Náutico, en las canchas en las que empezó a forjar su leyenda nada menos que Guillermo Vilas. Hoy, Juan Cruz Aragone vive en Estados Unidos desde los ocho años, donde desarrolló su carrera en el circuito universitario -jugó para la Universidad de Virginia-, por lo que compite en el tenis profesional bajo la bandera estadounidense.

Aragone, de 26 años y actual 355° del ranking ATP -en diciembre de 2018 llegó a ser el 224°-, pudo haber perdido la vida hace diez años, cuando quedó tres semanas en coma por un efecto colateral producto de un medicamento. Después de aquel suceso fue diagnosticado con diabetes, una enfermedad por la que debe jugar conectado a un pequeño aparato que mide su nivel de azúcar en la sangre. En los cambios de lado suele examinar los números para ver si todo sigue en regla.

El último lunes, sin embargo, sufrió una recaída. Fue en el Challenger de Champaign, en el estado de Illinois, en el partido de primera ronda ante Stefan Kozlov (187°). una batalla que se extendió por casi dos horas y media y que tuvo como ganador al estadounidense por 3-6, 6-3 y 6-4. Jugó gran parte del encuentro diezmado, claro, y las razones las exhibió en sus redes sociales.

"Hoy, mientras jugaba mi partido, empecé a sentirme mal. Comprobé mi nivel de azúcar en sangre y estaba en 60 y bajando. En ese momento no podía ver con claridad y estaba temblando. Estos son los típicos síntomas de un nivel bajo de azúcar en la sangre", comenzó con su relato.

Y continuó: "Controlo mi nivel de azúcar en sangre lo mejor que puedo pero, después de dos horas y media de juego intenso, a veces se me escapa de las manos. Entonces llamé al trainer de ATP. En lugar de permitirme tomar un tiempo médico para conseguir algo de azúcar y tratar de sentirme mejor, el funcionario de la ATP me dijo que tenía que seguir jugando o retirarme de mi partido".

Además de la tristeza por no poder manejar la situación tuvo que soportar la acusación de Kozlov: "Me desconcertó esta respuesta, así como que mi rival me acusara de fingir. Era el primer problema relacionado con la diabetes que tenía en la cancha y me sorprendió la falta de conocimiento. Si hubiera permanecido en la cancha mucho más tiempo podría haberme desmayado o algo peor".