La situación real de la princesa Charlène sigue siendo un misterio: se supone que ahora se encuentra en un psiquiátrico en Suiza y que la infección que tuvo en Sudáfrica sigue afectándola, mientras continúa alejada de sus dos hijos de 7 años.

En Europa hablan de la Maldición de los Grimaldi, la familia real de Mónaco.En el siglo XIII, Rainiero I recibió una condena de una joven gitana a la que, al parecer, secuestró y violó.

 “Un Grimaldi nunca será feliz en el matrimonio”

 Desde entonces, la famosa familia real pasa de tragedia en tragedia. El matrimonio de Rainiero III, padre de Alberto, y Grace Kelly, acabó en la trágica muerte de la actriz en un accidente de auto, que manejaba su hija Estefanía. 

Sus hijas Estefanía y Carolina han sufrido mucho por amor y han pasado por incontables parejas. A sus antepasados, incluidos sus padres Rainiero y Grace Kelly, también les atribuyeron un matrimonio infeliz marcado por las crisis, las infidelidades y las desgracias.

Ahora, Charlène se ha convertido en la protagonista del momento y en la persona que afirma la famosa maldición. Desde marzo está presuntamente enferma y lleva 9 meses sin poder criar a los gemelos Jacques y Gabriella de 7 años.

Cuando llegó de Sudáfrica el pasado 8 de noviembre, la exnadadora fue directo a una clínica para un tratamiento “físico y mental” en Suiza, lejos de Mónaco.

Qué pasó en Sudáfrica

En marzo Charlène viajó a su Sudáfrica natal para asistir al funeral de Goodwill Zwelithini, rey de los zulúes. Durante su estancia, Charlène contrajo una infección de oído, nariz y garganta que se complicó y que la hizo pasar por tres operaciones.

 Tal y como ahora han confesado los amigos de Charlène, esta situación le ha impedido “comer alimentos sólidos durante seis meses, por lo que solo ha podido ingerir líquidos a través de una pajita. Por ello, ha perdido la mitad de su peso corporal”.

 La ausencia de la princesa de Mónaco unida al secretismo y a la poca transparencia sobre su situación, no solo provocó preocupación en el Principado. Esta situación despertó numerosos rumores que trataban de justificar el continuo retraso en su regreso.

 El pasado verano, era la revista alemana 'Bunte' la que aseguraba que la ausencia  se debía a que su relación con Alberto estaba rota y que el anuncio de divorcio era inminente. Además, la publicación aseguraba que la exnadadora ya había encontrado casa en Sudáfrica, donde empezaría una nueva vida.

Aunque los rumores de crisis matrimonial han sido los más intensos, apoyados en la historia del intento de huida que ya tuvo Charlène en 2011 un día antes de su boda con Alberto, lo cierto es que su viaje a Sudáfrica ha suscitado más teorías, como embarazo no deseado, Covid, una cirugía estética mal realizada e incluso el tratamiento para alguna enfermedad (se ha llegado a hablar incluso de quimioterapia)

 “Sé que hay rumores por ahí, permítanme decir que esto no es Covid, y no está relacionado con el cáncer. No es un asunto de relaciones personales. Y si quieres hablar de otra especulación, tampoco está relacionado con la cirugía plástica o el trabajo facial en absoluto”, dijo Alberto.

 Pero se acercan las fiestas, Charlène no aparece y la leyenda de la maldición de los Grimaldi cobra fuerza otra vez.