Un ex jugador del Atlético de Madrid fue condenado por tráfico de armas
El futbolista uruguayo Nicolás Schiappacasse deberá cumplir arresto domiciliario y sólo podrá salir para ir a entrenar y jugar.
Deportes 08/04/2022
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La justicia uruguaya condenó por tráfico interno de armas y municiones al futbolista Nicolás Schiappacasse, ex del Atlético de Madrid. La Fiscalía informó que durante su arresto domiciliario podrá salir a entrenar y jugar partidos, informó la Fiscalía.
El delantero de 23 años, cuya ficha pertenece al Sassuolo de la Serie A de Italia, ha sido considerado como "autor penalmente responsable de reiterados delitos de tráfico interno de armas de fuego y municiones", ha dicho el director de Comunicación de Fiscalía, Javier Benech.
El futbolista fue por fichado por el Atlético de Madrid en verano de 2016, cuando tenía 17 años, para formar parte de su filial. También jugó en el Rayo Majadahonda, el Parma italiano y el Famaliçao de la Primeira Liga portuguesa. Fue internacional son la selección sub-20 de Uruguay.
La condena es a 14 meses de prisión, de los cuales ya cumplió dos meses y 12 días por la medida cautelar de prisión preventiva que se le dictó cuando fue imputado por los mismos delitos, el 28 de enero de este año.
A partir de ahora, tendrá seis meses de arresto domiciliario, con autorización de concurrir a entrenar y jugar en el club El Tanque Sisley, que actualmente no participa en ninguna liga profesional.
Una vez cumplido el arresto, por otros seis meses deberá presentarse en la dependencia policial una vez por semana y prestar servicios comunitarios durante cuatro horas semanales.
"Tiene la prohibición expresa de concurrir a cualquier tipo de espectáculo deportivo excepto cuando vaya como integrante del plantel a jugar los partidos", ha indicado Benech.
Schiappacasse fue detenido a fines de enero, después de que se le incautara una pistola 9 mm en un control policial en una ruta, cuando se dirigía en auto al estadio de Maldonado, al este del país, para asistir como hincha a un clásico amistoso entre Peñarol y Nacional, los dos clubes charrúas más populares.
Cuando la Policía le consultó para qué llevaba el arma, que estaba cargada y oculta en una prenda de ropa, el jugador contestó que era para integrantes de la barra brava de Peñarol.
De acuerdo a la posterior investigación de Fiscalía, "en reiteradas oportunidades" el jugador "adquirió armas de fuego y municiones sin contar con la correspondiente autorización para ello". Además, "en uno de esos casos, recibió el arma conociendo su procedencia ilícita o debiendo conocerla".
