Suecia organizó un Mundial de Sexo y tuvo que suspenderlo por caótico
Europa tuvo que suspender el mundial del sexo: Suecia era el país anfitrión, con una Federación y organización de categorías. "Fue una película de terror", dijo con tristeza una de las participantes.
Selva Lapiedra, representante en el certamen de España, contó que todo fue una pesadilla. Según remarcó la europea, la primera anomalía se detectó el día del debut cuando la retransmisión en vivo se retrasó y en consecuencia se cambió todo para el día siguiente.
Pero el viernes tampoco se pudo ver nada y la justificación se vinculó a los "problemas técnicos". "Cada día atacaban un montón la página web, las cámaras se quedaban pilladas, la página no iba, las actividades no estaban organizadas, los jueces que deberían haber estado no estaban".
Además se quejó del organizador, el striper sueco Dragan Bratic, quien anunció a los competidores que no iban a cobrar nada.
Las condiciones de la Federación sueca de sexo eran demasiado exigentes. Según trascendió en los medios de comunicación, los aspirantes al título tenían que tener encuentros sexuales periódicos y había un límite de duración de seis horas. Los "combates" cortos se extendían de 45 minutos a una hora.
Por más de que se tratara de una evaluación netamente subjetiva, había jueces que votaban por los ganadores y sus decisiones se sumaban a las opiniones del público. El certamen tenía tres niveles diferentes y, para avanzar a la siguiente categoría, cada participante debía sumar una cantidad mínima de puntos. Las claves para evaluar a las parejas eran la química entre los integrantes, el conocimiento sobre el sexo, el nivel de resistencia y otros atributos vitales para la sexualidad.
Todas las categorías en las que se podía participar
Resistencia
Masajes corporales
Exploración de zonas eróticas
Ejecución de poses
Sexo oral
Penetración
Antesala
Apariencia física
Seducción
Creatividad en los cambios de posición
Transiciones de poses
Desempeño artístico
Número de orgasmos en un tiempo determinado
Capacidad de elevar la presión arterial y la frecuencia cardíaca durante la competencia.